miércoles, abril 05, 2006

Instinto púbico

¡Abstrusos dioramas!

Segundas partes nunca fueron buenas. Esto es un refrán poco acertado, pero bastante ilustrativo de la película que nos atañe Instinto Básico 2: Adicción al riesgo. Lo cierto es que observando la evolución de la película no resultaba difícil imaginar que el resultado sería pobre, es lo que pasa cuando no es una buena idea sino una billetera la que mueve un proyecto. Muchos años llevaba esta película circulando y en pre-producción. De hecho en 2001 Sharon Stone ya había firmado el contrato de 14 millones de dólares por la película (se rodara o no). No es un tema del que tenga intención de dedicar esfuerzos a investigar, pero que la propia Sharon Stone imponga que no se repitiera protagonista masculino (gracias Laura por el apunte) ya es indicio del ego de la actriz y de que lo que va a enseñar la película son sus encantos y todo lo demás sobra.

Los elegidos para arrancar esta segunda parte los encabeza Michael Caton-Jones como director. No recuerdo con claridad la primera parte, así que me remitiré a la casi unaminidad de la crítica en apuntar que su labor está muy por debajo de la de Paul Verhoeven en la primera parte. Por mi parte justifico en buena medida su bajo rendimiento dado el infumable guión elaborado por Leora Barish y Henry Bean que difícilmente encuentro justificación para que haya caído en sus manos un proyecto tan supuestamente ambicioso. El espectador que siga con mínima atención la trama se verá bombardeado por una sucesión de escenas terriblemente hilvanadas entre sí y que escupen en la inteligencia de los que ingénuamente han pagado una entrada (o no). Por momentos da la sensación de que el guión ha sido escrito sobre la marcha y que nadie se ha dignado a leérselo antes de dar el visto bueno. Así pues la trama pretende mostrar una truculenta historia de mentiras y engaño, pero simplemente es liosa, incoherente, absurda... Y por si fuera poco, para dar la estocada nos vendes un giro final que solo se me ocurre describir como "¿estos se creen que somos gilipollas o qué?".

Trama al margen, la construcción de los personajes ayuda poco. No entiendes qué les mueve a relizar unas acciones. En concreto su protagonista actúa y habla desde la razón y sin entender muy bien por qué evoluciona bruscamente hacia un ser consumido por sus instintos y con un pasado que no justifica para nada esto. El elegido para sustituir a Michael Douglas y ser calentado (junto con el resto de la sala) es David Morresey, escasamente conocido ya que no posee ningún gran papel en su haber y que tampoco ha demostrado ser capaz de llevar parte del peso de la cinta (quizá por esto le gustó a Sharon Stone).

Una película que atraerá a los que quedaron impactados con la primera parte y que se verán enormemente decepcionados por una cinta cuyo máximo atractivo es ver los desnudos de Sharon Stone y sus diálogos tan subidos de tono como escasos de contenido.

Bostezómetro 4/10
Encabronómetro 8/10

6 comentarios:

Jordi Revert dijo...

"Por momentos da la sensación de que el guión ha sido escrito sobre la marcha y que nadie se ha dignado a leérselo antes de dar el visto bueno"

Pa qué... si da dinero

Silver dijo...

Pero los propios responsables del proyecto deben saber que hoy se llenarán los bolsillo, pero mañana difícilmente podrán optar a ser cámaras de Uwe Boll. Lo sé, es ser muy ingenuo, pero me vale el ejemplo de Nick Park para demostrar que el buen trabajo al final se recompensa.

Luke dijo...

A ver, crees ke el ke va a ver esta película lo hace con intención de disfrutar de un gran guión?? Seamos serios... los ke van a ver esta película (el 99%) van a ver a Sharon Stones en pelotas, y lo demás sobra.

Luke dijo...

Sí, Sharon Stones es familia de los Rolling Stones...

Silver dijo...

Tu imagina lo que hubiera molado Sharon Ousborne o Sharon Ramone.

Luke dijo...

Me kedo con Sharon Stone...