jueves, febrero 23, 2006

Las mascotas que devoraban a los Fraguel

¡Hola, amigos de lo abstruso!

Ante las repetidas amenazas hacia mi persona dada la perrería de reemprender este excitante blog me veo obligado a ofrendaros con una nueva entrega de mis horrendas críticas que tan poco os gustan. Esta vez, para que se vea la utilidad del blog, voy a criticar La Caverna Maldita; película que dudo que aún siga en cartel. No obstante es mi cometido ahorraros horas de eMule para ver la peli. El caso es que os vais a empezar la apasionada lectura de una crítica sobre una película que vi hace mes y medio. ¡Sufrid!

A veces al ver tantas películas de enorme calidad como estas uno pierde el norte y ya piensa que lo malo es genial. Por suerte no hace falta muchos estímulos para darse cuenta de hasta dónde llega la chapuza que compone esta cinta. Nos encontramos ante lo que se ha publicitado como cine de terror, y terror da. Es un horror contemplar que lo que antaño se consideraba un cine que te agarrotaba en la butaca y te daba náuseas y sudores, hoy se conforme con que el espectador juegue a tirar palomitas. Si bien, también está etiquetada la cinta como cine de acción y, en ese punto, digamos que se han visto cosas muchos peores.

Que la película no cause sensaciones en el espectador se debe en gran parte a las actuaciones. Los actores están a un nivel flojito y difícilmente creíble, aunque siendo justos, la dirección tampoco parece muy preocupada por sacarles algo. De todas formas he de felicitar a la dirección por la escena de descenso de Piper Perabo (la chica del Bar Coyote), una escena de acción bastante decente. Sí que hay que postrarse ante el excelente trabajo realizado en cuanto a la fotografía y la construcción de los decorados. Es difícil decir si se ha rodado en plató o en una cueva real.

También tiene en su guión un punto interesante que aporta cierta sorpresa a la trama (no mucha tampoco), aunque le da un toque personal de agradecer a este fast food cinematográfico. Salvando este punto, el guión juega al sinsentido de dar a entender que un mismo recorrido puede llevar horas como 10 minutos, el disparate al servicio del presupuesto. Además, creo que juega muy mal sus cartas respecto al terror que pueden provocar las "criaturas malditas" desveladas demasiado pronto, cosa que creo es un error para una película de terror.

Si creéis que esta crítica es una defecación os aplaudo por conservar cierto grado de inteligencia de la que no todos los humanos podemos gozar. Aún así os animo a no darme el contrapunto, porque tendríais que sufrir el visionado de una de estas pelis a las que tanto cariño he cogido. Solo me queda decir una última cosa de parte de mi personalidad de Rajoy: "cada día estoy más tonto".